Preliminares
Toda religión que tenga aspiraciones de ser reconocida como Una Religión Universal del Siglo XXl, independientemente de poseer Los Elementales Dogmas Mitológicos que la originaron, invariablemente debe poseer y transmitir a sus adeptos su propio Fundamento o Dogma Teológico. A su vez, es deber sagrado de dichos adeptos, conocer, dominar y saber explicar a otros tales enseñanzas recibidas. Porque, dichos Fundamentos Teológicos se convertirán -por el más puro Acto de Fe- en La Verdad más Absoluta e Inquebrantable que pueda poseer un/una religioso(a).
Por lo expuesto, las clases sacerdotales actuales deben tomar consciencia de que los tiempos que corren ya no exigen las Inciertas y Subjetivas argumentaciones Mitológicas y Metafísicas que regularmente con demasiada frecuencia- se utilizan para justificar una fe religiosa determinada. Los tiempos actuales exigen mucho más que eso. Exigen Argumentaciones Teológicas y Filosóficas coherentes, serias y bien estructuradas que sean capaces de justificar con solidez ante la sociedad planetaria en este siglo de Ciencia y Tecnologías, la existencia de una religión con pretensiones de Universalidad y Respeto.
Los Religiosos Tradicionalistas Yorùbás de hoy ya no somos los retrógrados Animístas de ayer. Ya no somos los Politeístas y Oscurantistas que tal vez fuimos en el pasado. Mucho menos somos Fósiles ni Cadáveres religiosos.
Hoy somos legiones de fieles creyentes y defensores de unos principios religiosos que nos dignifican ante Dios (Olódùmaré) Y, conscientes de ello estamos dispuestos a llevar a cabo todos los esfuerzos y sacrificios que sean necesarios para Universalizar tanto en el presente como en el futuro- nuestra Fe Religiosa Tradicionalista Yorùbá.
No existen excepciones a esta regla Y, no puede ser de otra manera.
La Religión Yorùbá Tradicional tiene pretensiones de Universalidad, ¡porque no es una Religión de Mediocres..! Por lo tanto, nuestro sacerdocio de hoy tiene ante sí un gran reto de Racionalización y Modernización Conceptual y Litúrgica de manera que ello les permita sobre la marcha colocarse a la altura que les corresponde como Guías Espirituales de Una Auténtica Religión Universal y, a su vez, disponerse a llevar a cabo El Mayor de Sus Sacrificios, a saber: Preparar El Sacerdocio del Futuro de La Religión Yorùbá Tradicional, única fórmula que garantizará la supervivencia de nuestras amadas Tradiciones Religiosas, y su merecida y definitiva consolidación como una honorable y digna Religión Universal.
Introducción
Este Dogma Teológico o Religioso que a continuación se expone en el presente documento, según la clasificación teológica convencional, es un Dogma Material (o, Divino, por si mismo, Dogma in se) por ser aquel que, sin tomar en consideración si es o no definido como tal por La Organización Religiosa Tradicionalista Yorùbá (¡y, nunca por otra entidad ajena a ella!), se acepta simplemente como Revelado, en este caso por la milenaria evidencia de la tradición. Y, ¿quiénes son los que aceptan..? ¡Pues, nada más y nada menos que unos 120 millones de personas que de alguna manera siguen estas tradiciones religiosas en este mundo!
La Religión Yorùbá Tradicional no busca evangelizar a otras personas para que la adopten como religión, no es agresiva en este aspecto de la evangelización, aunque sí pone su cosmología y enseñanzas a disposición de quienes honestamente se interesan espontáneamente y de corazón por ellas, y a quienes aceptan esto último no les exige tomar de su cosmología ni lo mucho ni lo poco, pues acepta que cada cual tome de ella lo que sea capaz de asimilar por considerarse a sí misma persona apta y capaz para ello. Incluso, muchas de esas personas toman algunas prácticas de La Religión Yorùbá Tradicional para mejorar sus vidas sin llegar a ser consideradas propiamente como tradicionalistas O sea, como fieles seguidores y practicantes de La Religión Yorùbá Tradicional.
Lógicamente, para la comunidad de seguidores de esta tradición religiosa nuestro Dogma Teológico o Religioso es una doctrina que no admite réplicas por ser una creencia milenaria tradicional y colectiva que no puede ser sujeta a prueba de veracidad posible alguna por estar firmemente avalada por El Acto de Fe. Quienes admiten nuestro Dogma Teológico o Religioso están moralmente obligados a conducir espiritual y religiosamente sus vidas acorde a sus dictados y, desde luego, a creer firmemente en este Dogma. No actuar de esta manera se convierte en Anatema.
La enseñanza y aprendizaje de nuestro Dogma es voluntaria y espontánea, y lógicamente esto lo denominamos como adoctrinamiento teológico. Quienes aceptan asumir este Dogma como la esencia conceptual y metodológica que debe guiar sus destinos espirituales y religiosos, deben vivir acorde a sus principios guiando sus vidas por los senderos que en el mismo le son trazados.
El creyente y seguidor de La Religión Yorùbá Tradicional acepta como Verdad Absoluta e Indiscutible este Dogma Teológico y Religioso, y guía certeramente su vida espiritual y religiosa por los dictados del mismo, reconociendo que esta es la única vía para alcanzar el equilibrio, la paz, la armonía y el bienestar espiritual y, finalmente, el Ìwàpèlé (El Buen Carácter, o lo que es lo mismo, La Alineación Espiritual).
La Religión Yorùbá Tradicional se autoproclama como Monoteísta porque en ella se reconoce a Un Solo Dios, Ser Supremo Creador de Todo. También es una Religión Revelada porque entre otras evidencias- parte del Mensaje Divino recogido en su Libro Sagrado Corpus o Tratado de Ifá, Fuente de Revelación de Los Códigos Sagrados que sirven de guía e inspiración a sus fieles. Y, no debe ser discutida su naturaleza y condición Monoteísta por la sola evidencia de reconocer y adorar a un único Dios o Ser Supremo que ha Creado a un grupo indeterminado de Fuerzas o Entidades Angelicales que le auxilian en la sagrada misión de Administrar Todo Lo Creado por ese Dios Todopoderoso al que solemne y respetuosamente llamamos Olódùmaré.
Esas Fuerzas o Entidades Angelicales a las cuales denominamos indistintamente como Irúnmolès u Òrìsàs, también son reconocidas y adoradas como Dioses o Deidades Menores, que han sido Creadas y están Subordinadas al Padre de La Creación, Olódùmaré. Estas sublimes entidades ejercen su labor de Intermediación entre El Ser Supremo y Toda Su Obra. Cada una de ellas se ocupa de aspectos específicos dentro de los Multiversos Creados lo cual les merece el reconocimiento y adoración que muchos de los seres humanos les profesan. Se reconoce que estas deidades Irúnmolès u Òrìsàs, lejos de debilitar la figura del Padre de La Creación, del Dios Supremo y Todopoderoso Olódùmaré, refuerzan su presencia, protagonismo y poder entre Los Mundos de La Creación. La propia existencia de estos Dioses Menores (¡menores en comparación con Olódùmaré!), magnifica la figura del Único Dios Omnipotente y Todopoderoso que se reconoce en nuestra amada Tradición Religiosa Yorùbá.
Reconocemos que en cada una de esas deidades se manifiesta de formas diversas El Dios Padre, debido a que, por su elevada sublimidad, es más accesible a los fieles a través de sus múltiples y multifacéticas manifestaciones. ¡Y, cada deidad Irúnmolè u Òrìsà representa la esencia de Su Magistral Obra, la esencia de Su Espíritu Divino, la esencia incuestionable de Su exclusiva condición de ser El Único Dios Omnipotente, Omnisciente y Todopoderoso, Creador de Todo y de Todos que ha existido, existe y existirá eternamente.
Por lo tanto, La Religión Yorùbá Tradicional, a pesar de las leyendas y mitos necesarios en su momento- que le han sido atribuidos por la imaginería popular, en los cuales se vierten especulaciones fantasiosas de toda índole respecto a la figura y protagonismo de las diferentes deidades, las que pueden traer confusión y distorsionar los conceptos racionales, Teológicamente reconoce la existencia de Un solo Dios Todopoderoso a quien se subordina un Panteón de Deidades Inrúmolès u Òrìsàs que han sido Creadas por Él Mismo para Su Propia Gloria y Beneficio. Pero, estos Dioses o Deidades Menores no son más que resultados de Su Obra y Divina Voluntad, los cuales únicamente actúan como Reflejos o Proyecciones del Mismo Dios Supremo y Creador Olódùmaré, en sus Muchas Manifestaciones, porque Él es Todo y está en Todas Partes.
Por lo tanto, la condición Monoteísta de La Religión Yorùbá Tradicional es incuestionable, a pesar de la existencia de múltiples Deidades, Dioses, Irúnmolès u Òrìsàs que como Fuerzas Angelicales actúan Subordinadas y Reflejando Siempre La Voluntad de Un solo y Único Dios Topoderoso denominado Olódùmaré, quien por Su Divina Voluntad les ha Creado con La Única Finalidad de Representarle a Él Mismo cumpliendo Las Sagradas Misiones que por Él les son Asignadas.
La Descentralización de Parte del Poder Sagrado de Olódùmaré, delegando en Sus Deidades Misiones y Responsabilidades Específicas dentro del Contexto Creativo, no da lugar a especulaciones de ninguna índole con respecto a La Magnificencia, Al Protagonismo y Al Indiscutible Liderazgo que como Único y Todopoderoso Dios ostenta El Padre de La Creación, Olódùmaré. Por consiguiente, si Teológicamente el concepto Monoteísmo exige el reconocimiento de Un Único Dios Omnipotente y Todopoderoso, entonces La Religión Yorùbá Tradicional cumple legítima y perfectamente las condiciones y expectativas para ser Una Religión Monoteísta en toda regla.
La Creación
En este aspecto también la Mitología, la fantasía popular y el folclore indígena yorùbá tradicionalmente han contribuido a crear ciertas falsas expectativas que intentan dar respuestas a este asunto del cual realmente nadie sabe nada y, por ello todo lo que intenta explicarlo, hasta ahora, no va más allá de las más puras e imaginativas especulaciones. Es por esta circunstancia que con un gran sentido del respeto y reconociendo humildemente las limitaciones -en cuanto a conocimientos se refiere- que tenemos los seres humanos, sobre este controvertido tema que hemos denominado La Creación, simplemente ofrecemos los argumentos que sustenta nuestro propio Acto de Fe despojado de todo fanatismo.
Dios (Olódùmaré) Se Creó a Sí Mismo cuando Nada Existía. Después Creo El Espacio y Todo lo que Existe en Los Mundos de Su Creación en Los Multiversos. Él es el Pasado, el Presente y el Futuro de Todo lo que ha Existido, Existe y Existirá, porque Todo Es Su Obra. Él Creó Las Dimensiones Existenciales de Lo Perceptible y Lo Imperceptible. Él Creó El Nacimiento, La Vida y La Muerte, El Bien y El Mal, Lo Armónico y Lo Opuesto a Todo Proceso.
Él Creó La Existencia en Todas Sus Formas como Suprema Manifestación de La Vida que Anima a Todas Las Formas Existenciales. Él Decretó que Todo sin excepción- en Los Mundos y Dimensiones de Su Creación estaría animado Por Un Elemento Vital en Su Contenido, y que El Conjunto de Todas Las Formas Existenciales y de Todos Sus Elementos Vitales, Conformarían La Creación. Él Creó la Materia y todas Sus Variantes Existenciales, incluyendo Todas Las Formas de Energía, Movimiento y Cualidades de lo Animado y lo Inanimado, de Lo Orgánico e Inorgánico, Él Creó Todas Las Dimensiones Existenciales y Sus Procesos.
Él, por Su Divina Voluntad es Único y es Multitud a la vez. Él Lo Puede Todo, porque Él Construye y Destruye a la vez. Él Existe en Todo lo que Puede ser Visto y no Visto, Percibido y no Percibido, Perceptible y No Perceptible. Él está en todas partes a la vez. Él, es El Supremo Creador de Las Leyes Morales, Físicas y de Toda Índole que rigen Todos los Procesos en Los Multiversos de Su Creación. Él es el Único Creador, dejando para las criaturas de Su Creación, El Libre Albedrío para emprender El Descubrimiento y Aplicación de Sus Leyes Subyacentes que rigen Toda La Vida de Los Mundos en Los Multiversos.
Nada Puede Ser Creado ni Destruido si no lo es por La Gracia de La Eterna Voluntad Divina del Supremo Creador Olódùmaré. Él puede ser Ella por su condición Andrógina Sagrada. Puede ser indistintamente Dios o Diosa, Supremo o Suprema, o ambas cosas a la vez, pero a ninguna criatura de Su Creación le está permitido conocer nada sobre Su Verdadera Naturaleza Divina, salvo el intentar conocerle únicamente por Su Obra Inconmensurable.
La Creación es un acto únicamente inherente al Misterio Divino de Olódùmaré, Aquel que Nadie Conoce ni Podrá Conocer en Su Propia Naturaleza.
El auténtico Dogma Teológico de La Religión Yorùbá Tradicional excepto dentro del contexto de la imaginería popular- no intenta especular ni buscar explicaciones a La Creación por conocer que esta acción sería estéril y profanadora, además de ser contraria a La Voluntad Divina de Olódùmaré, El Padre de Todo Lo Creado, quien Nos ha Concebido Ignorantes e Incapaces de Conocer lo que Él Mismo Padre de La Creación ha vetado para nosotros los seres humanos. Porque, intentar emular a Dios, es Anatema dentro de nuestra religión.
Por lo tanto, La Religión Yoruba Tradicional desde la lógica de sus más revolucionarios conceptos teológicos y racionales, no pretende explicar lo que desconoce. La Creación de Todo lo que Existe es Cosa de Dios y de Su Intimidad y, por ello, es `Gran Secreto del Padre de La Creación solo inherente a Él, y reconocemos con temor y respeto a la vez, que ningún ser humano es digno de conocer Las Intimidades de Nuestro Dios Olódùmaré.
Sólo nos basta con saber que Todo lo que Existe es Su Obra, y ello es consecuencia de un inamovible Acto de Fe derivado de la convicción de que Él Padre de La Creación es El Origen de Todo.
Génesis y Prevalencia del Dogma Teológico
El conjunto de la sociedad indígena yorùbá sin dar lugar a individualizaciones de ningún tipo- desde hace algunos milenios espontáneamente y de manera natural, sistematizó por la fuerza de sus tradiciones y costumbres la fundamentación de Las Verdades o Dogmas de La Ancestral Tradición Religiosa Yorùbá, estableciendo así su racionalidad conceptual y su prioridad sobre la razón filosófica e investigativa. Así convirtió la evidencia recibida en milenios de experiencias vividas, generación tras generación, en poderoso argumento avalado por un indestructible Acto de Fe que ninguna razón humana podría ni podrá remover.
La Religión Yorùbá Tradicional enseña y hace prevalecer entre sus legiones de seguidores sus Artículos de Fe y Doctrinas Dogmáticas sobre cualquier otra razón. Es una religión que carece de estructuras rígidas, únicas y formales por estar plenamente integrada en las tradiciones culturales ancestrales del pueblo o etnia yorùbá del África occidental donde la religión, la cultura y la tradición son imposibles de separar. Esto último se refiere tanto a las creencias y prácticas personales como a los ritos y enseñanzas colectivas.
La aceptación de La Diversidad de Su Único y Supremo Dios Olódùmaré, manifiesta en Múltiples Individualidades Divinas Menores, Creadas Por Él Mismo a Su Desconocida Imagen y Semejanza Conceptual, es aceptada como parte de Su propia Voluntad para ser así mejor comprendido y conocido por las criaturas de Su Creación, y no como una evidencia fehaciente y existencial de otros dioses o deidades Creados por Fuente Creativa Ajena a Él Mismo. Dios (Olódùmaré), ha sido, es y será reconocido y amado por siempre por ser El Único Dios Existente y como La Única Fuente Creativa, y fuera de Él no hay lugar para la existencia objetiva de otros dioses, deidades o entidades que no hayan sido Creadas Por Él Mismo.
Fundamentos Teológicos
Síntesis de las Bases Teológicas Fundamentales donde descansa La Religión Yorùbá Tradicional:
1.- Creemos en Un solo Dios Todopoderoso, Eterno, Omnipotente, Omnisciente, Supremo, Creador y Omnipresente.
2.- Creemos en Un Grupo de Deidades Creadas por Él como expresión de Su Divina Voluntad, que intermedian entre Él y Los Mundos de Su Creación.
3.- Creemos en El Espíritu como Elemental Ente Animador de toda Existencia y como Elemento Eterno de Vida, Creado por Dios (Olódùmaré) para La Perpetuidad de La Vida y El Perfeccionamiento Constante de La Obra Creativa.
4.- Creemos en La Re-Encarnación del Espíritu como Manifestación Cíclica de La Vida y como máxima evidencia de La Inmortalidad del Alma.
5.- Creemos en la posibilidad de La Transformación de La Realidad únicamente por Obra y Gracia de La Voluntad Divina de Dios (Olódùmaré), Sus Deidades y Espíritus.
6.- Creemos que La Muerte Física no es más que una Manifestación de Vida del Espíritu que, a través de ella, trasciende hacia Nuevas Dimensiones Existenciales en cumplimiento de La Voluntad Divina del Padre de La Creación.
7.- Creemos en la existencia de Las Leyes Divinas que rigen Los Multiversos y Todos Sus Procesos. Así como que sólo a través de su comprensión pueden Las Criaturas de La Creación alcanzar estadios superiores de perfeccionamiento en Los Mundos de La Creación.
8.- Creemos en El Valor de Los Sacrificios como demostración de fe y humildad de los seres humanos por merecerse el reconocimiento, el amor y favores del Padre de La Creación, Sus Deidades y Espíritus, sobre todo cuando se trata de aquellos sacrificios donde el ego, las imperfecciones, los vicios y desviaciones del carácter humano están involucrados en pos de conseguir el perdón y el perfeccionamiento que conlleva al merecimiento de Las Bendiciones.
9.- Creemos en la existencia paralela del Bien y El Mal como consecuencia necesaria de La Divina Voluntad de Dios (Olódùmaré), como Elementos Depurativos de La Obra Divina en su constante proceso de perfeccionamiento.
10.- Creemos que sólo a través de Una Vida Ejemplar en Santidad el ser humano puede llegar a merecer Los Favores de Dios, Sus Deidades y Espíritus, así como El Equilibrio, La Paz y La Armonía en Los Mundos de La Creación, así como aspirar a que Sus Espíritus alcancen cada vez elevados estadios de perfeccionamiento acortando El Tiempo de Sus Pruebas.
11.- Creemos que La Adoración Permanente y Sistemática dedicada -en primer término- a Dios (Olódùmaré), a Sus Deidades y Espíritus, mediante La Oración, El Canto, Las Alabanzas, Las Ofrendas y Sacrificios, así como a través del Estudio Sistemático y Continuado del Corpus Ifá (Nuestro Libro Sagrado), y cumpliendo cabalmente con Las Consagraciones Religiosas que nos sean prescritas, podemos aspirar a merecernos las bendiciones.
12.- Creemos En La Palabra de Dios (Olódùmaré), Sus Deidades y Espíritus cuando éstas se Manifiestan Por Analogía Perceptiva e Interpretativa en las Instancias y Pasajes de Nuestro Libro Sagrado (Corpus Ifá), donde reconocemos Que Todo Evento Está Escrito y Previsto para bien de La Humanidad Pasada, Presente y Futura.
La Adoración
Ésta nunca es idólatra por no alabarse a seres humanos o símbolos que les representen a éstos o a cualesquiera otros objetivos de culto que sean distintos a Dios (Olódùmaré), Sus Deidades o Espíritus cuyas formas generalmente no Humanizamos por desconocer sus reales apariencias, a excepción de unos poco casos como El Popular Òrìsà Sàngó, a quien se le atribuye haber sido el cuarto Aláàfin (Rey) de Oyó, quien después de su muerte y debido a su fuerte arraigo popular, fue deificado y adorado por el propio pueblo yorùbá como un Òrìsà muy fuerte y milagroso, en toda regla, heredando los atributos y poderes de un antiguo Dios o Deidad denominado Jakuta a quien se le atribuía entre otras facultades-, el dominio del fuego, la música, el baile y el arte de la guerra, etc.
La Idolatría en La Religión Yorùbá Tradicional generalmente es sustituida por La Simbología Imprecisa (representativa de Algo que existe pero cuya naturaleza y apariencia se desconoce), de Los Poderes o Avatares Manifiestos del Supremo Creador Olódùmaré, Sus Deidades y Espíritus.
En La Religión Yorùbá Tradicional no se adoran a semejantes ni a imágenes o símbolos que desvíen o distorsionen al creyente y aparten su atención de Un solo Dios Creador, Único, Omnipotente, Omnisciente y Supremo, de Sus Deidades y Espíritus. Tal es así, que la Simbología Fetichista que utilizamos para representar a nuestras Deidades en nuestros santuarios, generalmente está representada por diferentes elementos minerales y orgánicos representativos de La Creación, Sus Fuerzas y Energías y Los Poderes Sobrenaturales, sin crear con ello asociaciones físicas o corporales de ninguna índole. En general nuestra real simbología sagrada, la que se guarda celosamente en determinados habitáculos o recipientes, re-huye la asociación con figuras humanas por absoluto respeto a lo físicamente desconocido.
La utilización de figuras talladas de madera, bronce, arcillas y otras materias utilizadas por algunos artesanos yorùbás para representar Dioses y Diosas, se atribuye a los artistas y artesanos, quienes a través de sus obras intentan homenajear e inmortalizar a La Religión Yorùbá Tradicional y Sus Deidades, estableciendo semejanzas y relaciones de carácter heroico, guerrero y otros que realmente se alejan de la verdadera naturaleza de dichas Divinidades y sus respectivos cultos de adoración.
La Adoración se manifiesta en los creyentes de forma sincera y de corazón. Y, ésta puede expresarse individualmente, ya sea en intimidad o a vista de otros, por grupo, o en comunidad, en un servicio coordinado por un sacerdote o sacerdotisa en templos u otros lugares donde el culto de Adoración Religiosa pueda ser llevado a cabo tranquilamente. No existen exigencias ni reglas rígidas al respecto, excepto que la comunión entre el creyente y Sus Únicos Objetos de Adoración, Dios (Olódùmaré), Sus Deidades y Espíritus pueda ser establecida sin interrupciones de ninguna índole.
Los Actos de Adoración están centrados en:
La Oración.
Los Ritos y Acciones Iniciáticas.
La Meditación
Las Fiestas Religiosas
Los Festivales Religiosos
El Peregrinaje
El Sacrificio y la Ofrenda
La Música, el Baile y el Canto
La Práctica de La Caridad
La Ayuda Humanitaria
La Enseñanza, El Estudio y La Superación Religiosa
La Construcción de Templos o Lugares de Adoración.
La Participación en El Culto Individual y Colectivo
Para muchos yorubas como nosotros, creyentes y seguidores de La Religión Yorùbá Tradicional incluso hoy en día-, La Práctica Religiosa Tradicional Forma Parte de Nuestra Cultura e Identidad, porque no es posible separar a La Religión de nuestras vidas y quehaceres cotidianos. Así, Religión, Cultura, Tradición y Cotidianeidad forman un solo cuerpo en la vida de una gran parte del pueblo yorùbá. Es por ello que La Adoración Religiosa Constante privada o colectiva- forma parte de nuestras vidas cotidianas. Incluso, nos basamos en ella a la hora de tomar las decisiones más corrientes e importantes de nuestras vidas.
Libro Sagrado
Con el fin de normalizar y preservar las diversas formas internas de adoración que conforman a La Religión Yorùbá Tradicional, se ha comenzado a utilizar la escritura como medio de propagación y también de conservación de la milenaria Cosmología Religiosa Yorùbá. Así La Tradición Oral aún practicada por muchos Linajes Religiosos Yorùbás- paulatinamente ha ido dando paso a Las Escrituras de diversos Corpus o Tratados de Ifá en los cuales se pretende recoger en la mayor medida posible toda La Filosofía, La Teología, La Metafísica, El Esoterismo y La Liturgia Religiosa Tradicionalista Yorùbá, aunque se sabe que por su riqueza de conocimientos, aún tales Corpus o Tratados de Ifá están muy lejos de compendiar en sus páginas toda La Cosmología Religiosa Tradicionalista Yorùba existente.
Un Corpus o Tratado de Ifá es un Libro o Texto Sagrado que contiene Las Claves o Códigos Sagrados que Dios (Olódùmaré) entregara a Òrúnmìlá, La Deidad Profeta Creada por El propio Padre de La Creación para que ésta a su vez- lo legara a los seres humanos merecedores de conocer La Voluntad del Supremo y Los Secretos del Destino de la humanidad.
Este Corpus o Tratado de Ifá, es El Libro o Texto Sagrado utilizado por Los Sumos Sacerdotes y Sacerdotisas de La Religión Yorùbá Tradicional denominados Babaláwos, Ìyánífás o Iyaonifas (Padres y Madres de los Secretos respectivamente) para guiar sus propios destinos religiosos y el de sus respectivas feligresías o pueblos religiosos. Por lo tanto, El Libro o Texto Sagrado de La Religión Yorùbá Tradicional es El Corpus o Tratado Ifá donde se encierran todos los conocimientos concernientes a La Creación y Los Destinos de Todo lo Creado y Por Crear (porque la Obra Creativa de Dios (Olódùmaré) aún no ha sido concluida.
Los consejos, recomendaciones y prescripciones emanados de este Corpus o Tratado de Ifá, expuestos por un sacerdote o sacerdotisa a un creyente, se convierten en sanciones, no de obligatorio cumplimiento, aunque sí vinculantes con la fe de dichos creyentes quienes tienen la obligación moral y sagrada de aceptar La Palabra Contenida en El Ifá como Mensaje del Cielo destinado a mejorar sus vidas.
Cuando una instancia de ese Corpus o Tratado de Ifá es elegida por la gracia de uno de los sacerdotes o sacerdotisas para una persona, aquellos Interpretan la Parábola del Ifá y Por Analogía Perceptiva establecen relaciones de similitud entre los contenidos de dicha Instancia y la realidad objetiva de la persona, lo que les permite transmitir los consejos y recomendaciones más adecuadas contenidas en el Ifá. Los creyentes aceptan estos consejos y recomendaciones por considerar que los mismos proceden de una Fuente Sagrada que les ayuda a mejorar sus vidas. Por lo tanto, El Corpus o Tratado de Ifá es El Libro o Texto Sagrado que Orienta y Guía con Seguridad las vidas y destinos de los seguidores de La Religión Yorùbá Tradicional porque en él se contienen Las Claves del Destino y de La Vida de todo lo Creado por Olódùmaré.
El Libro o Texto Sagrado, o sea, El Corpus o Tratado de Ifá, por contener Códigos Secretos Revelados solo es accesible para la clase sacerdotal. El resto de los fieles y mortales no tiene acceso directo a este Libro, aunque pueden conocer y estudiar sus contenidos por mediación de los sacerdotes y sacerdotisas quienes tienen la sagrada misión de promulgar Las Palabras Sagradas de Olódùmaré, Sus Deidades y Espíritus contenidas en dicho texto, a todas aquellas personas que libre y espontáneamente se interesen por ello en los actos sistemáticos de culto que tienen la obligación sagrada de impartir a sus feligreses, tanto a nivel individual como colectivo.
El Libro Sagrado o Corpus Ifá contiene en lenguaje parabólico y en claves que exclusivamente aprende a interpretar la clase sacerdotal consagrada a La Deidad Òrúnmìlá -después de consagrar muchos años a su aprendizaje e interpretación-, toda la información sobre La Creación hasta El Final de La Humanidad y Los Mundos, gracias a los bastísimos enfoques Filosóficos, Teológicos, Metafísicos, Esotéricos y Litúrgicos que se encierran dentro del Corpus, en el cual no existe evento o proceso que no esté magistralmente reflejado. Es por esta razón que Las Prescripciones y Recomendaciones procedentes de este maravilloso Corpus de Ifá, son consideradas como sagradas y de estricto cumplimiento por parte de los creyentes y seguidores de La Religión Yorùbá Tradicional, quienes además- se guían por dichos Consejos y Recomendaciones para guiar certeramente sus vidas y destinos.
El Sacerdocio
Existen tres categorías sacerdotales principales en la Religión Yorùbá Tradicional que a continuación se detallan en orden descendente de importancia jerárquica:
I.- El Babaláwo, La Ìyánífá o Iyaonifa (sacerdotes y sacerdotisas de Ifá u Òrúnmìlá).
Este sacerdocio es el que acumula un mayor volumen de conocimientos Teológicos, Filosóficos, Metafísicos, Esotéricos y Litúrgicos. También, en ocasiones, llegan a dominar la Medicina Natural a través de la utilización de las plantas (Fitoterapia) y otros medios naturales para la cura de diversas enfermedades del cuerpo y el alma.
Se dice que son sacerdotes y sacerdotisas de Ifá porque este es el nombre que se da Al Conjunto de Códigos Sagrados que Dios (Olódùmaré) reveló a La Deidad Òrúnmìlá, tutora rectora de este tipo de sacerdocio. Luego esta Deidad transmitió dichos conocimientos a sus sacerdotes y sacerdotisas, los Babaláwos, Ìyánífás o Iyaonifas, para que sirvieran a la humanidad.
Las leyendas mitológicas populares yorùbás reconocen la existencia de La Deidad Òrúnmìlá como Testigo de La Creación y La Segunda Deidad Fuerza Angelical que jerárquicamente sigue a Olódùmaré. Se le atribuye a este Òrìsà o Deidad, El Conocimiento del Destino de Todo Lo Creado, así como La Omnisciencia y La Sabiduría. Porque, según las mismas fuentes populares, Òrúnmìlá Fue La Primera Creación del Padre Eterno y por ello estuvo presente y presenció el resto del Acto Creativo llevado a cabo por Dios (Olódùmaré), razón por la cual Le fue Concedida La Gracia de Conocer Los Destinos de Todas Las Cosas. De ahí la importancia catalogada de Primer Nivel que se otorga al Sacerdocio de Ifá u Òrúnmìlá por parte de los creyentes yorùbás quienes reconocen a los Babaláwos, Ìyánífás o Iyaonifas como Los Sumos Sacerdotes y Sacerdotisas de La Religión Yorùbá.
Regularmente las personas ordenadas en este sacerdocio comienzan su preparación y entrenamiento religiosos desde muy temprana edad (a partir de los 5 -7 años) siguiendo los métodos de la antigua tradición, dedicando una media de 5 a 10 años al aprendizaje, a partir del cual se consideran aptas para el desempeño de sus funciones dentro de la sociedad.
II.- Los Olorisas, Sacerdotes y Sacerdotisas de las restantes Deidades Conocidas como Irúnmolès y Òrìsàs.
Son aquellas personas que se dedican exclusivamente al sacerdocio de una determinada Fuerza Angelical, Deidad u Òrìsà, aprendiendo sus secretos y particularidades litúrgicas y ceremoniales. Generalmente este sacerdocio no ocupa el tiempo ni estudia la cantidad de materias que el Sacerdocio de Ifá exige. Por esta razón el Sacerdocio Òrìsà es considerado de nivel inferior en cuanto, a conocimientos esotéricos y litúrgicos se refiere. Los sacerdotes y sacerdotisas Òrìsà son denominados genéricamente como Olórìsàs. El tiempo que ocupa la preparación de este sacerdocio puede llegar a ser muy relativo, aunque siempre mucho más corto que el correspondiente a los Babaláwos e Iyaonifas. En ocasiones puede oscilar entre 1 y 5 años en dependencia del Òrìsà o deidad, así como de las costumbres y tradiciones del linaje o familia religiosa de la que procede el Olórìsà en cuestión.
3.- Los Alágbàás o Sacerdotes de Egúngún, máximos representantes del sacerdocio dedicado al Culto a los Ancestros.
Es un sacerdocio que, en comparación con los anteriormente reseñados, es mucho mas simple en cuanto a contenidos se refiere. Regularmente responde más a tradiciones familiares que a otras motivaciones. El Alágbàá o Sacerdote Principal es quien dirige El Culto a Eeguns o Ancestros en los pueblos, y puede ser auxiliado por otras clases sacerdotales de menor rango dentro del culto. Es un sacerdocio que no admite mujeres. El tiempo que debe emplear una persona en su preparación para llegar a ser ordenada como Alágbàá es tan relativa como en el caso de los Olórìsàs, aunque puede llegar a ser muy similar a la de este último.
Hasta aquí hemos reseñado los tres principales sacerdocios de Las Tradiciones Religiosas principales de Yorubaland porque estos encierran dentro de sí todo el espectro religioso yorùbá en cuanto a la creencia en Òrìsàs o Deidades, así como en los Ancestros. Existen otras figuras religiosas cuya condición sacerdotal puede ser muy relativa y discutible, las que aunque están enmarcadas también dentro de la Tradición Religiosa Yorùbá, se mantienen en el mismo entorno de fe representado por Òrìsàs, Deidades y Ancestros, pues se sabe que en África la tónica religiosa gira únicamente en torno a estas entidades, aunque las liturgias sea muy diversas entre unos grupos religiosos y otros. Es por ello que hemos tomado como referencia estos tres sacerdocios por ser los mayoritarios y más representativos de Yorubaland.
Conclusión
Un seguidor de La Religión Yorùbá Tradicional bien lo sea como tradicionalista africanista puro o en cualesquiera de las manifestaciones de La Diáspora-, cree en Un Solo Dios Creador y Todopoderoso (Olódùmaré) que está por encima de Todo y de Todos. Cree en un grupo indeterminado de Òrìsàs o Deidades que intermedian entre Olódùmaré y los seres humanos. Cree en La Vida después de La Muerte, en La Inmortalidad del Alma, en La Re-encarnación del Espíritu y en la posibilidad de lograr o ganarse la gracia de Las Transformaciones como manifestación expresa de La Voluntad de Olódùmaré, las Deidades y los Ancestros.
Cree en que por medio de una sistemática y perseverante actitud espiritualmente pura y religiosamente dedicada, lo cual demuestra a través de la oración, el canto, la ofrenda de diversos alimentos, bebidas y otros enseres, incluyendo el sacrificio de renunciar a ciertas miserias y malos hábitos, así como defectos, deficiencias, vicios y manifestaciones negativas de su carácter, merecerá las bendiciones de Olódùmaré, las Deidades y Ancestros que le permitan una vida presente y futura en felicidad y armonía, así como el derecho a escoger un mejor destino en el cielo en una próxima vida re-encarnada de su espíritu Esta es una síntesis de los nobles objetivos básicos de toda persona seguidora de La Religión Yorùbá Tradicional.
Como ha podido apreciarse a lo largo de este Dogma, los contenidos Teológicos, Filosóficos y Litúrgicos de esta religión tienen los mismos valores espirituales y religiosos que cualquiera otra de las confesiones religiosas reconocidas como tales por los ordenamientos jurídicos y administrativos de la mayoría de los países del mundo. Y, sus objetivos e intereses sociales responden igualmente a los mismos fines que aquellas. Y, su primitivo pasado animista, al igual que los mismos que en el lejano pasado caracterizaron a todas las religiones que hoy son legítimamente reconocidas legalmente por toda la tierra, al igual que aquellas, también ha quedado atrás en el tiempo formando parte de su lejana historia.
Por lo tanto, este Dogma Teológico reconoce fielmente que La Religión Yorùbá Tradicional es una fe religiosa que ofrece un camino de espiritualidad y religiosidad que -por sus valores conceptuales y litúrgicos- también se erige como un legítimo camino más hacia El Unico Dios Creador, Omnisciente, Omnipotente y Todopoderoso (Olódùmaré) que existe, y que es reconocido y adorado en común por las denominadas grandes religiones.
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