Orí

Orí…

En el idioma YORÙBÁ, ORÍ es la palabra que significa cabeza. La cabeza es el lugar donde se llevan a cabo dos funciones separadas pero relacionadas, las cuales se conocen comúnmente como ORÍ. El primer ORÍ que podemos distinguir es al que yo me referiré como INTELECTO. Este ORÍ incluye nuestra mente y emociones. Este ORÍ está influenciado por la divinidad OBÀTÁLÁ. La influencia de OBÀTÁLÁ nos permite equilibrar nuestras emociones, crear una mayor concentración, facilitar o aumentar nuestra capacidad de retención y superar diferentes enfermedades físicas y miedos, y enfermedades psíquicas;  este Orí normalmente se localiza como una parte física dentro del cerebro.

El segundo ORÍ del que hablaremos es invisible y no ocupa espacio físico. Este ORÍ es el alma ancestral que la creencia YORÙBÁ sitúa en la cabeza. El segundo ORÍ o alma ancestral es también conocido como ELEDA, IPORI o INPORI. Está asociado con nuestro destino, nuestra personalidad y el lado espiritual que llamamos conciencia o ASE. Para diferenciar entre los dos ORÍ, el segundo ORÍ se llama el ORÍ INU. Hemos identificado así dos ORÍS o dos cabezas, No hace falta decir que el estado de un ORÍ influye sobre el otro.

Los YORÙBÁ creen en la reencarnación. No sé si el paso que voy a relatar es el principio del proceso o el final del proceso ya que forma parte de nuestro ciclo cósmico y un proceso continuo. Pero digamos que al principio del proceso de reencarnación (antes de que nazca un niño -o renazca-) el alma guardián ancestral, a menudo llamada el alma de la personalidad, se presenta ante OLÓDÙMARÉ para recibir un nuevo cuerpo, el hálito de vida y su destino (IWA, IPIN) para su nueva vida en la tierra.

Arrodillada ante Dios, al alma se le ofrece la oportunidad de escoger su destino y se cree que ésta puede hacer cualquier elección que desee, aunque OLÓDÙMARÉ puede rechazarla si las peticiones no son humildes o si son poco razonables. Los YORÙBÁ hablan del destino del Hombre como «predestinado». Según las tradiciones orales una persona obtiene su destino de una entre tres formas posibles. La persona se arrodilla y elige su destino (AKUNLEYAN), lo recibe (AKUNLEGBA) o se le otorga (AYANMO).

Los YORÙBÁ creen que el éxito o fracaso de una persona depende en gran manera de la elección que hizo en el cielo. Se cree que el símbolo de la elección libre está siempre asociado con ORÍ. El destino de un hombre, su éxito o fracaso en la vida, depende en gran medida del tipo de cabeza que eligió en el cielo.

Los YORÙBÁ consideran el ORÍ INU como un ÒRÌSÀ, como una divinidad dentro del panteón YORÙBÁ. Y como el ORÍ de cada persona es su divinidad personal, se espera que esté más interesado en sus asuntos personales que el resto de divinidades que se consideran pertenecientes a cada uno.

Así, el ORÍ INU puede considerarse como la mayor divinidad de todas. Por esta razón se propicia el ORÍ. Casi suena extraño a estas alturas de nuestra práctica de la religión decir que nuestro cuerpo físico alberga el más poderoso de todos los ÒRÌSÀ, nuestro ORÍ. Según uno de los versos en Ògúndá Méjì, ÒRÚNMÌLÁ reunió a todos los ÒRÌSÀ y les preguntó: «TA LO TU ALASAN BA R’OKUN?» (¿Quién puede acompañar a su devoto en un viaje allende los mares sin abandonarlo en ningún momento?») Sàngó, el dios del trueno, y el más intrépido de todas las divinidades respondió al reto diciendo que él podría ir con sus devotos a cualquier lugar sin volverse atrás. ÒRÚNMÌLÁ mostró a SÀNGÓ que ésta no era la respuesta y se puso a discutir con las otras divinidades diciéndoles que sus respuestas no eran la solución de la parábola. En su explicación ÒRÚNMÌLÁ dijo que sólo ORÍ, la divinidad personal de cada uno, podría acompañarles al lugar más lejano de la tierra sin volverse atrás.

 

«Sólo es el ORI

Quien puede acompañar a su devoto

A cualquier lugar sin volverse atrás

Si tengo dinero

Es a mi ORÍ a quien alabaré

Mi ORÍ, es a ti

Si tengo hijos en la tierra

Es a mi ORÍ a quien alabaré Mi ORÍ, eres tú

Todas las cosas que tengo en la tierra

Es el ORÍ a quien alabaré

Mi ORÍ, es a ti“

A ÒRÚNMÌLÁ se le considera ELERI-IPIN (testigo de la elección del hombre de su destino). Se cree que ÒRÚNMÌLÁ estuvo presente cuando cada persona eligió su destino en el cielo. Por esta razón no le resulta difícil a ÒRÚNMÌLÁ, a través del sistema de adivinación IFÁ, decir a cada persona aquí en la tierra los deseos de su ORÍ. Es por esto que los YORÙBÁ creen en la adivinación IFÁ como factor importante en la vida de todas las personas.

En general, cuando una persona busca consulta con un sacerdote IFÁ, lo que está es buscando información sobre su ORÍ. IFÁ, por tanto, es el portavoz del ORÍ. IFÁ transmite el mensaje del ORÍ y el ÒRÌSÀ al solicitante. El papel de los varios ÒRÌSÀ a los que rendimos culto es ayudar al ORÍ a guiar a cada persona en su destino en la vida. Lo que el ORÍ de una persona deniega, no puede ser otorgado por otra divinidad.

Otra parte de un verso de ÒGÚNDÁ MÉJÌ describe al ORÍ como teniendo mayor importancia que otras divinidades porque tiene más que ver con los seres humanos. Es la propia divinidad personal quien intercede por el hombre ante las otras divinidades y sin su concurso éste no puede conseguir nada. De aquí la afirmación:

«ORÍ, te saludo

Tú que no olvidas a tus devotos

Que bendices a los devotos más rápidamente

Que otros dioses

Ningún Dios bendice a un hombre

Sin el consentimiento de su ORÍ“

Hay un proverbio YORÙBÁ que describe la relación del ORÍ con el destino del hombre:

«El que es sabio

Lo es gracias a su ORÍ

El que no es sabio

Lo es más que un trozo de ñame

Debido a su ORÍ.»

 

La importancia del ORÍ se encuentra a través de los ODÚ y los versos de ODÙ IFÁ. La mayor parte de la prosa relacionada con ORI puede encontrarse en ÒGÚNDÁ MÈJÍ y OGBÉ ÒGÚNDÁ. Sin embargo, no es sorprendente que dentro de cada ODÙ haya al menos un verso que se refiera al ORÍ de una u otra manera.

Hay mitos que destacan la importancia del proceso de selección del ORÍ en el cielo. Estos atribuyen a la selección del ORÍ el éxito o fracaso de cada individuo en la tierra. Hay otras historias que sugieren rotundamente que el éxito en la vida también depende en gran parte del buen uso por parte del individuo de su habilidad para realizar lo que ya ha sido predestinado para él en el cielo por la elección de un buen ORÍ.

 

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