Èsù, Elegba, Elégbára.
Partiendo en base a los fundamentos científicos, diríamos que: Èşù, el llamado «Elégbára» (el que tiene el poder de mutar y transformarse ) sería la Energía primaria. Como es sabido la energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma, de ahí proviene tal vez las diferentes definiciones de joven, adulto y viejo que se le da a esta deidad. La energía es la que produce el movimiento, la dinámica natural la física nos enseña que todo está en movimiento y si hay movimiento hay energía. Èşù considerado como la tercera figura del contexto yorùbá, es la energía que utiliza las polaridades para ejecutar las transformaciones, así vemos que nada sin Èşù puede existir, Èşù es la energía desplazada entre positivo y negativo (Òrìşà nlá – Odùduwà), la energía emanada entre el núcleo y el átomo es la energía manifiesta entre los espacios inter atómicos, inter moleculares y cuánticos , es a su vez la acción y la reacción, la restauración, el resultado.
Así vemos como la energía se desplaza entre términos naturales identificables: luz – oscuridad, seco – húmedo, amor – odio, frío – calor, inhalación – expulsión, contracción – impulso, malo – bueno, suave – duro, atracción – repulsión, fuerza centrifuga – fuerza centrípeta, etc. La energía es la que ejecuta las transiciones dinámicas de un elemento a otro, de una dimensión a la otra, es la transmisión del sonido del calor, del aire, del semen a la vagina, es desarrollo, Èşù, la deidad yorùbá, que «abre y cierra los caminos» el es alfa y la omega principio y fin, es el todo y sus partes. Si Òrìşà nlá es el polo positivo y Odùduwà es el polo negativo, Èşù la tercera figura, es la energía que se desplaza entre estos y es por ende el mensajero de la creación misma, de la materia.
Se dice que cada deidad, cada ser creado tiene vida (tienen movimiento molecular activo) tiene implícito su propio Èşù, de no tenerlo, no existiría, es así que las deidades yorùbás están conformadas e identificadas por un número determinado de yangí o piedras, así como cada elemento natural tiene su número molecular o atómico. A modo de ejemplo diríamos que: Òrìşà nlá tiene 8 piedras, Yemoja 7, Şàngó 6, Oya 9, Òşun 5, etc. aunque dentro de muchos templos yorùbás se tiende a la adoración de una sola yangí como forma de respetar el principio de la creación, dado a la creencia de que en una masa compacta de energía y materia surgió lo que conocemos hoy como nuestro universo.
Elegba, Bara, Èşù, Elégbára y muchos nombres más con los cuales se le invoca es el mensajero entre Olódùmaré y el cerebro humano, es la idea que le fluye a los hombres en su comunicación entre el mundo visible y el invisible. Èşù es la palabra, es el llamado Aşe es el fruto del pensamiento que se traduce en modulación con la lengua la cual representa Òşé-Òtúrá lo que podemos traducir en la palabra como envoltura material del pensamiento , esta simbiosis que ocurre entre estos dos procesos es la forma primaria de transformación de lo ideal o proveniente del mundo espiritual al mundo material, donde el pensamiento se transforma en el poder que regula el sistema de configuraciones humana y el desarrollo del hombre en su esencia a través del proceso y principio de la comunicación, es por ello que nuestros sistema litúrgico se desarrolla sobre la base de la invocación, que no es más que la expresión del sentir en palabras, si pienso y deseo entonces Èşù permite que el Aşe (poder de la palabra) se manifieste , por lo que se dice que Èşù es el primero que prueba, el primero que come. La lengua se encuentra en el medio de dos mandíbulas y cada una de estas tiene 16 dientes, 16 arriba y 16 abajo y estos a su vez representan los dos sistemas de Ifá: Ajalorun (cielo-Ife) y Ajalaiye (tierra-Òyó). Se dice que la lengua es el portador del Aşe pues mediante la palabra es que podemos lograr muchas cosas, como también destruir todo. Una persona elocuente, que tenga una facilidad de palabra, buenas ideas, buena interpretación será admirada, lograra el convencimiento y ascenderá, mientras que otra que no sepa lo que dice, que dice estupideces, cosas incoherentes o de poco valor lógico social, será echada a un lado y se quedara en la misma posición, permanecerá desapercibido.
Èşù se representa de muchísimas formas; moldeado en barro, cemento, siempre en forma de cabeza, lo tallan en madera; con una dos, tres, cuatro caras. Entre sus herramientas tiene una especie de garrote o bate llamado Ogbo Èsù o Ilari, que significa la iluminación de la conciencia, es el que le da la habilidad de trascender las restricciones físicas del tiempo y el espacio y a demás ilari le habilita la función en las cuatro dimensiones.
Ile Èşù ni ba ko, o sea la casa de Èsù ni ba ko esta situado en las primeras vértebras cervicales y al hueso occipital y está estrechamente relacionado con el cerebelo, que es una estructura casi independiente del sistema nervioso central pero que es de vital importancia para el funcionamiento del SNA que es el que regula de manera autónoma las principales funciones del organismo.
El mismo Èşù se deslaza en el llamado Elénìní,» el obstáculo». Si vemos que Orí es el encargado de guiar, diríamos que lo representa el cerebro , pero más que el cerebro estamos hablando de los diferentes niveles de conciencia . Entonces tenemos que: Cuando Orí que es el cerebro y la mente consiente, vence los obstáculos de Èsù ni ba ko que controla el cerebelo y la mente inconsciente (nuestros instintos más primitivos) quien es el responsable a su vez de las actividades motoras del cuerpo (acciones físicas) diríamos que hay éxito y entonces el hombre levanta su cabeza y sale adelante, se autorregula de manera adecuada y establece equilibrio y coherencia entre lo que siento y como actúo en consecuencia de ello.
Cuando sucede que las actividades motoras del hombre dadas por el cerebelo o mente inconsciente con cualquiera de sus pulsiones (Èsù ni ba ko) han echado a perder lo que realmente pensaba el individuo hacer como correcto, vi ene entonces la frustración y la autovaloración inadecuado, que trae consigo toda una situación de malestar y autodestrucción para el que lo experimenta , Èsù ni ba ko o elénìní han vencido a Orí. Podemos citar como ejemplo de que una persona tiene problemas con otra y quiere disculparse, en su mente está el razonamiento, pero al encontrarse con esa persona, esta se ofusca y en vez de decirle disculpa, le golpea y después de esto se arrepiente, Èsù ni ba ko, elénìní vencieron a Orí. La acción instintiva e impulsiva venció al pensamiento racional. El Odù Ogbè Òdí, es quien plantea la lucha constante de Elénìní (el obstáculo) por vencer el objetivo de Orí sobre la tierra: que es mediante el llamado libre albedrío llegar a conquistar la liberación de todas las emociones negativas que entorpecen al espíritu y lo encadenan en la dimensión terrenal, condenándolo a una «constante regresión»,por lo que se hace necesario la evolución hacia otros niveles de conciencia y espirituales que no permitan el estancamiento y fortalezcan el Orí ante las tentaciones de Èşù.
A Èşù le representan tres colores: blanco, rojo y negro. Blanco por Òrìşà nlá y los Òrìsà funfun, rojo por Odùduwà y los Ebora y negro como su identidad misma. Estos tres colores conforman día, tarde y noche, las tres razas: blanca, mestiza y negra, el intercambio químico, pues un elemento combinado con otro crea un elemento distinto a ambos. Seria Èsù también la suma mística 1+1=1, un hombre y una mujer producen un niño, notando que aunque la madre conciba mellizos, trillizos, etc. siempre será un solo engendro. Así también como que dos elementos distintos combinados darán o rigen a otro diferente.
La combinación de estos colores lo vemos en: cuando el blanco -semen llega al rojo – óvulo y lo fecunda, entonces el útero se cierra y queda a oscura y después de 9 meses nacerá una criatura
También cuando la lluvia-blanca-semen cae en la tierra-roja-ovulo entonces la tierra se pone negra y se fertiliza.
Èşù también es llamado Èşù ayanmo ipin, por ser el ordenador del destino humano Èşù onitoju ase precisamente Èşù el que distribuye el » AŞE». Ifá enseña que el universo visible es generado por dos fuerzas dinámicas, a una se le denomina Inalo (expansión) y a la otra Ìsúnkì (contracción). La primera manifestación de ambas fuerzas es a través de Imo- lo cual significa luz y la otra Aimoye, que significa oscuridad. En Ifá la luz es identificada por los espíritus masculinos llamados Òrìsà, y la oscuridad es identificada por los espíritus femeninos llamados Òrìsà, ninguna de estas manifestaciones es considerada mayor o menor que la otra y ambas son consideradas relevante e imprescindible en el balance natural.
En Ifá, ambos IMO y AIMOYE vienen de la matriz del universo invisible, el cual es llamado IMOLE (casa de la luz). En la casa de la luz hay una sustancia que transforma el potencial espiritual en realidad física y esa sustancia invisible que se mueve entre estas dos dimensiones es lo que llamamos AŞE.
Èsù olotoju enu ona orun: El tablero de Ifá representa el universo, estos son divididos por dos coordenadas en cruz céntricas. Los puntos superiores representa dos por IKOLE ORUN (cielo o cabeza del tablero ) y IKOLE AIYE (tierra o base del tablero ). Sin embargo los extremos derechos y izquierdo representan el futuro (AYANMO IPIN) derecha y el pasado (IWE ITAN) izquierda. Ambas fuerzas están latente visibles o no en distintas dimensiones, pero al mismo tiempo. En el centro se encuentra ITA ORUN, lugar donde radica Èsù aunque el se mueva en estas cuatro dimensiones y son tres caminos diferentes. Ita orun es el mundo invisible real donde se recibirá la bendición o el castigo de la transición vida – muerte y muerte a vida, este camino es doble. El tercero será: Olotoju ona orun (El dueño de la boca del camino a la fuente) que es el camino que conduce a ìwàpèlé. Èsù es el guardián de estas puertas por lo que todo comienza y termina con sus oraciones y rituales.
Resumiendo, vemos que Èşù es la dinámica de la existencia total que es la energía y así sea positiva o negativa siempre será necesaria para propiciar la vida misma. Ìbà Èsù, Ìbà bara bàbá
Nosotros
Nuestro fundador
Àràbà Mundial Odùgbemi
Yèyé Gbogbo Odùgbemi
Quiénes somos
Consejo Superior de Sacerdotes
Congregaciones
Argentina
Chile
Colombia
España
México
Nigeria
Venezuela
Religión Yorùbá
Dogma Teológico
Òrìsàs
Eventos
Próximos
Pasados
Comunicados
Entérate lo nuevo