Somos familia, hermandad y estudio…
Ante todas aquellas personas que hayan sido iniciadas religiosamente bajo los rituales de tránsito Odùgbemi, sean de la consagración de nivel jerárquico y del nivel compromiso religioso que sea. Pero, siempre y cuando tales personas se mantengan vinculadas a nuestro linaje asumiendo y ejercitando una forma de vida y de actuación acorde con los principios éticos y morales que rigen la vida de todo Odùgbemi. Por lo tanto, Odùgbemi no es solo quien haya recibido una consagración nuestra, sino, quien se mantenga vinculado(a) y comprometido(a) activamente dentro del linaje, fiel a los principios éticos, morales y religiosos que nos rigen y comprometidos con los programas y actividades de nuestra Gran Familia Religiosa y Espiritual Extendida.
Así entonces, la condición Odùgbemi no es un atributo permanente y eterno, sino un compromiso permanente a la participación individual y colectiva dentro del contexto del linaje, porque la condición Odùgbemi solo es posible en la unidad de acción mancomunada y de grupo, no en la acción individual y anárquica alejada del contexto del linaje.
Una disciplina religiosa que no sea regida por Un Código Deontológico, por Un Código Ético-Moral, o por Unos Mandamientos, es un ente sin disciplina y anárquico donde cada cual administra su moral en base a sus propios principios individuales, y desafortunadamente -más temprano que tarde- tal disciplina termina convertida en un caos.
El Linaje Religioso Tradicionalista Yorùbá no es una excepción a esto.
Nuestro linaje no es una religión en sí, sino, una disciplina religiosa a través de la cual llegamos a practicar una religión muy antigua e ‘históricamente anárquica, caótica e indisciplinada’ como lo ha sido y es La Religión Yorùbá Tradicional, utilizada esta definición como término genérico que engloba a todas las tradiciones Òrìsà – Ifá del planeta. Por lo tanto, luego de unos años de duras experiencias en el trabajo religioso, nuestro linaje al fin estructura su propio Código Ético-Moral el cual hemos decidido denominar como ‘Los Mandamientos Odùgbemi’ los cuales sirven de catalizador y regulador de todas las acciones y/o actitudes que deben ser estrictamente cumplidas por cada miembro de nuestra ‘Gran Familia Espiritual y Religiosa Extendida’, sin excusas ni pretextos. Porque, sólo mediante el cumplimiento obligatorio de estos ‘Mandamientos Odùgbemi’ puede garantizarse la pureza y continuidad de nuestro linaje.







